Pónganse en situación. Agosto, cinco de la tarde, como con sesenta grados en la calle. Martes y trece, y encima es el Día Internacional de los zurdos. En estas condiciones es en las que les estoy escribiendo mi columna de esta semana, con lo cual ya podrán deducir ustedes mismos que algo más bien siniestro va a salirme.
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