El otro día, si les digo que en
Valorio no me iban a creer, así que cambiaré la ubicación, me encontré en
nuestra Plaza Mayor un grupo enorme de personas. Estaban allí, muy tranquilos
ellos, hablándose en voz baja, y desde luego no tenía aspecto de ser una
concentración de ciudadanos con ánimo de reivindicar algún derecho de esos que
creíamos perdurables como la sanidad o la educación.