El otro día estrené el servicio de
alta velocidad que une nuestra ciudad con la Capital del Reino y me pasó algo
muy curioso. Montado en el tren me quedé dormido y soñé que viajaba en avión.
Lo curioso fue que al despertar me encontraba aterrizando en el aeropuerto de
Barajas, y ya no estaba ni dentro del tren ni de mi sueño, o eso creía yo,
porque con lo despistado que soy ya no tengo muy claro cuándo estoy dormido,
cuando no, cuando lo que sueño es real o viceversa.