Acabamos de terminar la Semana Santa, entregados como hemos estado a diferentes fervores, ya fueran estos religiosos, sociales, gastronómicos o todos a la vez, y nos encontramos de repente con la jornada electoral del domingo. Y esto sí que es una encrucijada de verdad, dado que aquí no se puede coger un poco de esto y un poco de lo otro para construir el voto que deseemos.
a.