Ya saben que suelo utilizar a modo de introducción alguna canción, novela o película; una muleta que a mí me vale para arrancar y a ustedes para ponerse en situación. Por el contenido de mi artículo de hoy podría recurrir a muchos ejemplos, pero hay momentos que requieren ser directos, tajantes; como un puñetazo en la mandíbula que les provoque un fuera de combate, un k.o. que por unos instantes apague sus neuronas y poco a poco asuman el impacto hasta recuperar la consciencia.