Cuando ustedes estén leyendo este artículo será viernes y todavía, al mirar por las ventanas, desde los escaparates o sentados en una terraza, verán a los viandantes pasear encaratulados. Quedarán pocas horas para que las máscaras que nos han acompañado durante más de un año pasen a mejor vida al menos en los exteriores. ¿Y ahora?