Permítanme, sin gustarme a mí hacer esto aunque la corriente social dominante sea la contraria, que me adelante un poco a la época navideña. Tómense este artículo como una especie de “Black Friday” emocional, de tentación para lo que se nos viene cuando en parte no tengamos el control de nuestro comportamiento y pasemos a dejarnos llevar por las emociones de las luces, la decoración y los buenos propósitos.