Hubo una época en que el mundo era plano y terminaba en
las Islas Canarias, en Madeira, todo lo más en las Azores. Con la
perspectiva actual, parece increíble que estos europeos del sur,
estos portugueses y españoles a los que la Europa del norte mira de
soslayo susurrando sobre nuestra falta de voluntad, nuestra dejadez,
nuestra incompetencia, se empeñaran en hacer de aquel mundo plano un
mundo esférico tal y como lo conocemos en la actualidad. Para que
comprueben lo arduo de la tarea les propongo un reto. Cojan ustedes
una superficie plana, rígida, da igual la que sea, e intenten
transformarla en una esfera. Cuando hayan desistido ante lo imposible
de tal labor continúen con la lectura de este artículo en el cual
no se les revelará cómo hacer semejante metamorfosis, pero sí cómo
otros lo lograron.