Si ustedes, por esas casualidades que tiene la vida, se habían dejado caer de un
tiempo a esta parte por la localidad china de Yangzhou, provincia de Jiangsu, y han
vuelto a su casa presumiendo de que habían visitado la tumba del emperador Yang
Guang, ya pueden empezar a hacer las maletas y volver de nuevo porque lo que vieron
era un fiasco.
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