Supongan ustedes que nacen en el seno de una familia judía allá por los inicios
del siglo XX, y supongan también que lo hacen en Alemania. Sigan suponiendo.
Estudian ustedes filosofía, teología y griego para después hacer su tesis doctoral en,
nada menos, la Universidad de Heidelberg. Ahora dejen de suponer, porque lo que les
cuento es por todos sabido. Llega 1933 a Alemania y de repente la vida para los judíos
deja de ser tranquila, por decirlo de un modo muy sutil.
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